Pan de Viena

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El pan de Viena es un clásico que nunca pasa de moda. Con su miga tierna y compacta, su sutil dulzor y su corteza fina y dorada, es perfecto para quienes buscan un pan suave, fácil de digerir y con un sabor equilibrado. Ya sea para desayunos, meriendas o cenas ligeras, este pan combina tradición, versatilidad y un toque ligeramente dulce que lo hace único.

Pan de Viena

El pan de Viena es un clásico que nunca pasa de moda. Con su miga tierna y compacta, su sutil dulzor y su corteza fina y dorada, es perfecto para quienes buscan un pan suave, fácil de digerir y con un sabor equilibrado. Ya sea para desayunos, meriendas o cenas ligeras, este pan combina tradición, versatilidad y un toque ligeramente dulce que lo hace único.

Un pan suave y esponjoso, ideal para todos

El pan de Viena tiene una textura blanda que se deshace fácilmente al morder, lo que lo convierte en una excelente opción tanto para adultos como para niños. Es especialmente recomendable para personas con sensibilidad en las encías o que prefieren una miga más fina, sin la rusticidad del pan de corteza dura. Además, su sabor neutro con toques dulces permite disfrutarlo solo, con aceite de oliva, o acompañado de ingredientes dulces y salados.

Versátil y delicioso en cualquier comida del día

Si buscas un pan que se adapte a diferentes momentos del día, el pan de Viena es tu mejor aliado. En el desayuno, combina de maravilla con mantequilla, mermeladas caseras, o incluso miel. En meriendas o cenas ligeras, es perfecto con jamón cocido, quesos suaves o vegetales frescos. Tostado también gana intensidad, adquiriendo una textura crujiente por fuera pero conservando su suavidad en el interior.

Origen centroeuropeo con alma artesanal

Este pan tiene su origen en Austria, concretamente en la ciudad de Viena, de donde toma su nombre. Su receta ha viajado por generaciones, conservando esa esencia delicada que lo caracteriza. En nuestra panadería, lo elaboramos cada día con harinas seleccionadas, sin aditivos artificiales, respetando los tiempos de fermentación y cuidando cada detalle para que llegue a tu mesa con el sabor de siempre.

¿Quieres una versión aún más tierna?

Te recomendamos probar el Pan de Viena con leche, elaborado con un extra de suavidad para quienes buscan una experiencia aún más esponjosa. Y si tienes curiosidad por el origen y evolución de este tipo de pan, puedes echarle un vistazo a este artículo de Gastronomía & Cía donde se repasan sus raíces europeas.